Del mediterráneo a la mesa: Crónicas gastronómicas de Roquetas.

Bienvenidos nuevamente a nuestras crónicas. En esta entrega, profundizaremos en la identidad culinaria de Roquetas de Mar, no solo a través de sus platos, sino también destacando los establecimientos icónicos que preservan y promueven la excelencia gastronómica de la zona.

I. El tesoro de la lonja: El pescado como eje central.

La autenticidad de la cocina roquetera se cimienta en la calidad suprema de los productos del mar, capturados y subastados diariamente en la Lonja local. Esta frescura es el principal atractivo de los restaurantes especializados.

Para experimentar la pureza del producto sin artificios, es imprescindible visitar lugares como Restaurante Alejandro (en el Puerto Deportivo), reconocido por su cocina de autor basada en el producto local y su carta de pescados frescos del día. Su propuesta es un claro ejemplo de cómo la sencillez puede elevar el sabor del gallo pedro o las famosas quisquillas de Roquetas a un nivel de alta cocina.

Otro referente es Restaurante Casa Santi, donde la tradición se mantiene viva. Es un punto de encuentro para degustar la mejor fritura andaluza, dominando la técnica para ofrecer pescados y mariscos con el rebozado crujiente y ligero que requiere la verdadera cocina marinera.

II. La tradición en el fogón: Recetas con historia y sabor.

La tradición en el fogón se plasma en esos platos contundentes que narran la historia de la vida marítima y rural. Estos guisos, que requieren tiempo y maestría, son el alma de la cocina local.

  • El arroz y el caldero: Para disfrutar de un arroz a banda auténtico o un caldero (platos que utilizan caldos intensos de pescado), se recomienda Restaurante Chiringuito La Barraca o Restaurante El Birra. Estos establecimientos, cercanos al mar, ofrecen versiones que respetan las técnicas ancestrales, logrando sabores de fondo marino inconfundibles.
  • Las migas: Si bien no están en la carta fija de todos los días, muchos bares tradicionales, como algunos situados en el núcleo urbano original de Roquetas, sirven las migas acompañadas de sus tradicionales pimenteras (pimientos fritos) y sardinas cuando la climatología lo permite, honrando la tradición almeriense.

III. La cultura de la tapa: El itinerario social y culinario.

La tapa en Roquetas de Mar es un rito ineludible que permite descubrir la diversidad gastronómica de manera dinámica. Es la forma más popular de socializar y probar un abanico de sabores.

Estos lugares no solo ofrecen comida, sino que son verdaderos embajadores de la cultura de Roquetas de Mar, permitiendo a residentes y visitantes conectar directamente con la esencia gastronómica del Poniente Almeriense.