En Roquetas de Mar se puede disfrutar de playas, visitar los invernaderos del suroeste de Almería y a los escenarios donde Schwarzenegger interpretó al bárbaro guerrero. Aprovechar la proximidad de un parque acuático y dos parajes naturales. En la Nasa dicen que desde el cielo ven la muralla china y los invernaderos de Almería, que se puede equiparar a 32.000 campos de fútbol, además es posible comer en restaurantes con estrellas Michelin y paisajes milagrosamente intactos, como aquellos donde se grabó Conan el Bárbaro (1982).
En el paraje natural de Punta Entinas-Sabinar, que se extiende a lo largo de 15 kilómetros de costa entre Roquetas y El Ejido, se observa a un lado los invernaderos y al otro, el mar Mediterráneo, con dunas, antiguas salinas, charcas repletas de aves y playas del primer día del mundo. La pista de acceso al faro del Sabinal es ideal para pasear al amanecer viendo fochas, ánades y flamencos.
Antes del plástico, solo había las salinas y algunos barcos que pescaban boquerones y pescadas guiados por un Faro de aceite de oliva. Inaugurado en 1863, como el del Sabinal, el faro de Roquetas fue absorbido por la población y en 1945 dejó de prestar servicio. Ahora es una sala de exposiciones. También interesa visitar el castillo de Santa Ana, con muestras permanentes, y una estupenda de fotografía de Jesús de Perceval. El faro y el castillo están al lado mismo del puerto, en un parque con palmeras, anfiteatro y terrazas asomadas a la playa de la Bajadilla.
Cerca aparece el Aula del Mar, un museo lúdico e interactivo donde se ve y se oye la riqueza natural de esta costa, conocida y aprovechada desde tiempos de los fenicios. El restaurante Alejandro, ofrece pargos, salmonetes, quisquillas y gambones rojos que los trasmallos traen al puerto cada mañana. También presume de estrella La Costa, en la vecina localidad de El Ejido, donde las protagonistas son las hortalizas perfectas con platos como como el ya clásico milhojas de calabacín con foie, boletus y micuit. Y la gran curiosidad, un postre servido dentro de una bola de caramelo soplado que rinde homenaje a los invernaderos de la comarca.
De marcha puedes irte a Aguadulce, o comer en un chiringuito, o tapear en bares de la zona como La Huerta, Stilo Campo, L’arrivée, Los Mariscos, … Sin salir de Aguadulce, la noche puede continuar en el centro comercial 501, donde se concentran los pubs de moda, o en el puerto deportivo. Aquí hay dos buenos locales para elegir: HeartBreak, de ambiente rockero, y El Bribón de La Habana con decoración temática cubana. Muy interesante el Flamenco en el Puerto.