El Castillo de Santa Ana, también conocido como Castillo de Las Roquetas, es una fortificación militar construida entre finales del siglo XVI y principios del XVII que durante años sirvió de refugio para la población frente a los constantes ataques piratas.
En el siglo XVII, el Castillo de Santa Ana quedó prácticamente destruido debido a los sucesivos terremotos, dejando tan sólo una de las torres que se han conservado e integrado en el proyecto de recuperación de esta instalación histórica, que finalizó en mayo de 2003.
Hoy en día el interior se utiliza como sala de exposiciones en las que se exhiben pinturas, fotografías, esculturas, etc. a la vez que se disfrutan de unas estupendas vistas de la costa. La entrada es gratuita.
Cabe destacar el patio interior, de gran belleza, en el cual durante la época estival son frecuentes los conciertos musicales y espectáculos.
La historia del castillo:
Antes de ser construido el castillo de Santa Ana, existió en este lugar una torre levantada por el monarca Yusuf I, a principios del siglo xiv. Pero es en el siglo xvi cuando realmente se erige una torre que escolta la producción y embarque de la sal de las salinas. Motivo de esta edificación son los asaltos de piratas a la costa almeriense para robar cargamentos de sal y secuestrar personas para venderlas como esclavas. Es por esto por lo que su principal finalidad en esta época era de defensa y no cultural como en la actualidad. Es a lo largo del siglo xvii cuando esta fortificación desiste a causa de las dificultades económicas por las que pasaba la corona, al no poder enfrentarse a los continuos terremotos que destruían todo el edificio. Pero gracias a Luis de Castro Inestrosa se reedificó la muralla del recinto, las torres y las viviendas, además de construirse, por primera vez, un parapeto de nueva planta para emplazar la artillería. Así mismo, Inestrosa se comprometió a rehacer las cinco torres de la marina: Rambla Honda, Cerrillos, Entinas, Guardia Vieja y Alhamilla.
Por otro lado, el siglo xviii dio paso al fallecimiento del alcaide Andrés Antonio de Castro. Así, su hijo Juan Diego de Castro pediría a la corona que se le librara título de propiedad sobre la alcaldía, obteniendo dicha concesión de Felipe V. Los nuevos proyectos defensivos que se llevaron a cabo tuvieron muy en cuenta la relevancia de la artillería en el castillo, siendo así reforzada la fortaleza con un cañón más. Sin duda, el siglo xviii fue la centuria con más restauraciones en el castillo de Roquetas de Mar, con obras importantes, siendo la primera en 1710 y las demás, entre 1753 y 1756 (se ejecutaron las propuestas por Jerónimo Amicis), 1777 y 1784 (cuya finalidad era reparar la explosión del polvorín de la fortaleza). En el siglo xix, el castillo quedó arruinado a causa del terremoto de 1804, provocando así la no restauración desde dicha fecha. El terremoto llegó a destruir los edificios del interior del castillo, mientras que, por el contrario, los torreones y el baluarte no mostraron apenas daños.