Espacios Naturales de Roquetas de Mar (Almería)

El principal espacio natural de Roquetas de Mar es el Paraje Natural Punta Entinas-Sabinar. Aparece al sureste de la Península Ibérica, entre el término de El Ejido y Roquetas de Mar, y consiste en un ecosistema casi único de subárido mediterráneo con excelente playas, dunas fijadas por matorral, salinas y zonas humedales de charcas. En el fondo marino se encuentran las praderas de Posidonia más occidentales del Mediterráneo.

El acceso a Punta Entinas- Sabinar de Roquetas de Mar dispone de una entrada principal por la zona alta de la urbanización (La Urba), avenida principal de la urbanización hasta llegar al final del paseo marítimo, donde aparecen varios caminos sólo accesible para bici y personas a pie.

Un carril de arena accede a la playa y a la zona de dunas, que en general aparece en estado y se adentra hacia las lagunas, el camino se queda cortado por el agua y la vegetación.

Otra entrada ideal para vehículos es la de Puerta de Roquetas, donde carteles indicativos del Paraje, las Salinas, dunas y playas, diversidad biológica, aves y flamencos… Y es la entrada principal para los aficionados a la bicis, que según indican la mejor ruta de Roquetas de Mar para ese deporte es el paraje Natural Punta Entinas Sabinar Gr 92 E9, es decir ruta Roquetas – Punta Entinas – Sabinar – Almerimar y vuelta.

Otro espacio natural de Roquetas de Mar son los fondos marinos, es decir la vida bajo el mar en esta localidad tiene una gran riqueza y diversidad, con barracudas, águilas de mar, meros, morenas y restos de naufragios. Para ello la herramienta más efectiva es hacer buceo, practicando el snorkel y de submarinismo deportivo. Respecto a la Posidonia, es una planta con hojas, flores y frutos, semejante a las que nos encontramos en bosques y jardines, pero que vive en el mar (unos 40-50 metros de profundidad), y se puede considerar como el bosque en el fondo del mar.

Por último, otra zona especialmente protegida es la zona de la Ribera de la Algaida, donde se puede admirar la floración de plantas singulares, sin clorofila que sobreviven parasitando en otras plantas, succionando la savia de las raíces. Son de gran vistosidad con varas de flores amarillas que aparecen en grupos directamente de la tierra (la planta es subterránea y solo las flores emergen a la superficie).

En esta zona aparece una Cañada Real de la Costa, con una anchura de 75 metros y una longitud de 13 km. Y sigue el camino viejo de Aguadulce en su interior a pasar junto al Rompizo, que queda a la derecha, y entre las Salinas Nuevas o de San Rafael y el Embarcadero. Vuelve a tomarlo en su interior hasta llegar al Abrevadero de los Bajos, situado en la margen derecha de la Cañada, para después por Torre Quebrada y Villa Adela, llegando a la Rambla de las Hortichuelas, llevando como linde izquierda el Camino Viejo de Aguadulce, donde termina esta vía pecuaria.