La historia de la pesca en Roquetas de Mar tiene muchos años, que comienza con unos grupos de pescadores y salineros que se asientan alrededor del Castillo de Santa Ana a mediados del siglo XVIII. Todo ello produce que se ofrezca una gastronomía roquetera propia con un fuerte acento marinero. Los barcos de Roquetas desarrollan una actividad artesanal sobre especies de alta calidad y valor comercial. Es el reflejo de una tradición que se ha mantenido viva mientras la ciudad experimentaba el enorme desarrollo e impacto económico y social de la agricultura intensiva y el turismo.
La pesca en la localidad supone una de las actividades económicas más características, que forman parte del origen y la historia del municipio y conservan de generación en generación la especial relación de los habitantes con el Mar Mediterráneo, tan importante que a él se alude en el nombre de la ciudad. Por ello, a pesar de que el puerto de Roquetas acoge una flota de barcos pequeños, su relevancia en el desarrollo del municipio, conformado mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas de ámbito familiar que forman uno de los pilares de la economía local, especialmente en el barrio de El Puerto y Las Lomas.
La pesca con palangre está considerada como la más selectiva que existe, permitiendo dirigir la producción a distintas especies, dependiendo del cebo, del tamaño de anzuelos utilizados y de la distancia entre ellos. Aparecen pescados como salmonete, breca, pargo, lubina, dorada, gallo pedro o gallineta yel marisco como el gambón, cigala, quisquilla, gamba blanca son la base de irresistibles platos que van desde el caldo de pescado, el escabechado, de origen árabe o el arroz aparte, un plato típico marinero único en toda la provincia de Almería.
La cocina es muy especial, por ello se aconsejan que el gallo pedro se deguste frito, la breca y el pargo a la cuajadera, el rodaballo a la plancha y la gallineta en cuajadera o frita…, y así un largo etcétera. Lo mejor es preguntar y dejarse asesorar por los excelentes profesionales de la restauración que hay en Roquetas de Mar.
Pero otro de los retos a los que se enfrenta la industria pesquera es a la apertura del sector al consumidor. Cada vez son más las instituciones y empresas que entienden que una buena forma de poner en valor el trabajo diario de los pescadores es mostrándoselo al visitante tal y como es. Enseñar el proceso desde la salida del barco hasta la captura del producto para su posterior venta, un trabajo complejo que en Almería encierra décadas de tradición que se transmite de generación en generación.
En Roquetas de Mar, por ejemplo, la nueva lonja prevista hará que los consumidores puedan estar más cerca del proceso de venta directa del producto, mientras que las piscifactorías situadas frente al Cañarete, en Aguadulce, ya reciben expediciones de alumnos que desean contemplar la crianza de pescado.